Así como los tatuajes van ganando terreno y más adeptos según pasa el tiempo también muchos se van transformando en tatuadores, adquiriendo la profesión de una manera diferente a como se venía haciendo en nuestra sociedad.

Y es que, antes, uno se entrenaba con otro tatuador que gustaba de pasar el oficio, desde las ganas simplemente o la atracción por el rubro.

Hoy, en las aulas de las escuelas de arte se forman los próximos tatuadores, desde el desprejuicio por la profesión y con una carga intelectual y técnica mayor, o al menos, diferente.

Sabiendo de historia del arte y de técnicas mixtas, habiendo incursionado en otras formas de expresión artística estamos en el umbral histórico de un seguro crecimiento del oficio de tatuador y de los tatuajes.

Una mezcla de branding, escarificaciones y tatuajes, es de esperar, así como un mayor soporte en tatuajes étnicos con conocimientos en la materia, historia del tatuaje y sus implicaciones técnicas y artísticas y una mirada diferente desde el momento en que, ser tatuador, puede significar ser artista, ya que ahora nuestra sociedad lo permite.